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lunes, 4 de diciembre de 2017

Hablemos de El Perdón


No es posible atacar por una razón, amar por otra, y entender lo que es el verdadero perdón.

Tu tarea no es ir en busca del amor, sino simplemente buscar y encontrar todas las barreras dentro de ti que has levantado contra él. Toda imaginada ofensa, todo dolor que todavía se recuerde, así como todas las desilusiones pasadas y las injusticias y privaciones que se percibieron, forman parte de la relación especial, que se convierte en el medio por el que intentas reparar tu herido amor propio. Toda elección se hace por razón de algo "malo" que ocurrió en el pasado a lo que aún te aferras, y por lo que otro tiene que pagar. El pasado ya pasó. No intentes conservarlo.

Perdonar no es otra cosa que recordar únicamente los pensamientos amorosos que diste en el pasado, y aquellos que se te dieron a ti. Todo lo demás debe olvidarse. Simplemente ve que no hubo ofensa. Alguien que no perdona es aquel que emite un juicio que no pone en duda a pesar de que es falso. Una persona que no perdona hace muchas cosas. Persigue su objetivo frenéticamente, retorciendo y volcando todo aquello que cree que se interpone en su camino. Se dedica con furia a arrasar la realidad, sin ningún miramiento por nada que parezca contradecir su punto de vista. El perdón, en cambio, es tranquilo y sosegado, y no hace nada. No ofende ningún aspecto de la realidad ni busca tergiversarla para que adquiera apariencias que a él le gusten. Simplemente observa, espera y no juzga.

¿Qué es el perdón, sino estar dispuesto a que la verdad sea verdad? Mientras permaneces en silencio, cierra los ojos al mundo que no comprende lo que es el perdón, y busca amparo en el sereno lugar en el que los pensamientos quedan transformados y donde las falsas creencias se abandonan.

El Ser que eres no necesita ser perdonado, sino despertado. Es imposible convencer al que sueña de que esto es así, pues los sueños son lo que son debido a la ilusión de que son reales. Sólo al despertar se libera uno completamente de ellos, pues sólo entonces resulta perfectamente evidente el hecho de que no afectaron en modo alguno la realidad y de que no la han cambiado.

Te invito a que me acompañes en este proceso de despertar, haciendo del perdón el camino para renacer en el amor.

Hablemos de El Perdón
Sábado 16 de diciembre de 2017
De 10:30 a.m. a 1:30 p.m.
Aporte $20.000
Casa de las Burbujas
Carrera 9 # 2 - 96
San Antonio - Cali
WhatsApp 320 7208409
oscarmarcruz@gmail.com

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Dios los cría y ellos se juntan… decía el abuelo.

Pareciera que estamos condenados a atraer a nuestra vida lo que nos genera sufrimiento. Unos lo llaman ley de atracción, para otros es simplemente un juego de la vida o una coincidencia. Algunos le dicen karma. Pero no es más que la oportunidad que te da la vida de ver hoy, con amor, aquello que ayer viste con dolor. Y se te repetirá hasta que te perdones y lo veas con amor.

Las relaciones no están diseñadas para hacernos felices, están diseñadas para hacernos conscientes. Y cuando le damos más valor a la comodidad del sueño, despertar no es una opción. Buscamos la solución a nuestras dificultades siempre desde la misma perspectiva con el deseo inefable de que esta vez sí voy a acertar en la solución. Sin darnos cuenta que vivimos en un ciclo interminable de sufrimiento al no permitirnos observar, de forma diferente, las relaciones que sostengo. ¿Qué me están mostrando? ¿Qué es lo que me niego a observar?

Como dice Sergi Torres, “Andamos tratando de resolver cosas, cuando todo se trata simplemente de vivirlas.”  Pretendemos resolver situaciones, cuando deseamos algo diferente a lo que la vida nos ofrece, se llama carencia. La carencia duele porque nos hace creer incapaces, incompletos, no merecedores de lo que llamamos felicidad. Y atacamos a los demás porque los vemos como la causa de nuestras carencias.

La necesidad de sanar viejas heridas emocionales hace que la vida nos enfrente con personas que nos sirven de espejo y como una forma de ayuda que no hemos sabido valorar. Un Curso de Milagros nos recuerda: “Las relaciones especiales que se establecen en el mundo son destructivas, egoístas e "infantilmente" egocéntricas. Mas cada una representa una oportunidad de sanar nuestras percepciones y de corregir nuestros errores. Cada una es una nueva oportunidad de perdonarnos a nosotros mismos, perdonando a otros.”  Las relaciones especiales son aquellas basadas en el dolor, en el sufrimiento. Busca en tu dolor aparente, la causa real de tu sufrimiento.

Es inaplazable el tomar la decisión más importante de nuestra vida, la cual consiste en redefinir el propósito de nuestras relaciones. O siguen basadas en el dolor o las utilizamos como el medio que la vida nos ofrece para convertirlas en relaciones de perdón, el verdadero perdón que nos conduce a la paz y ésta a la felicidad. Uno de los mayores obstáculos para alcanzar la paz, es nuestro deseo de ser especial. Deseo que nos hace creer tener la razón y, por lo tanto, es la otra persona la que se ha equivocado. Si yo no lo hago, ¿quién lo hará? Otra forma diferente de nuestro “especialismo” es el de victimizarnos. Sentirme víctima de la incomprensión de los demás, víctima de las circunstancias, víctima de la desconsideración de los otros, víctima de la vida, víctima de todo o de casi todo y de mil formas diferentes. Nuestro especialismo se manifiesta cuando pretendo que el otro piense como yo pienso. Menospreciar el propósito del otro es una de las formas más frecuente de ser especial y una falta de respeto enorme, porque lo consideramos como un incapaz. Entiéndase por ser especial cuando nos creemos ser diferentes a los demás, por lo tanto, mejores.

Alcanzar la paz, por el método que decidas seguir, es indispensable para tomar decisiones correctas, que solo se pueden tomar desde una percepción verdadera. Observa tu dolor, obsérvalo y seguramente la vida te dará las respuestas. Lo importante es que no te quedes con tus conclusiones egoicas, te equivocarás de nuevo. Estas te harán creer, por un período de tiempo, que has tomado tus mejores decisiones y tal vez funcionen para tu aparente tranquilidad; el tiempo (tu tiempo) te lo hará saber.

En este camino de aprendizaje confío plenamente en el propósito al que me conduce Un Curso de Milagros, al recordarme que: “El Espíritu Santo, en Su función de intérprete de lo que has hecho, se vale de las relaciones especiales, que tú utilizas para apoyar al ego, para convertirlas en experiencias educativas que apunten hacia la verdad. Siguiendo Sus enseñanzas, todas las relaciones se convierten en lecciones de amor. El Espíritu Santo sabe que nadie es especial. Mas Él percibe también que has entablado relaciones especiales, que Él desea purificar y no dejar que destruyas. Puedes poner bajo Su cuidado cualquier relación y estar seguro de que no será una fuente de dolor, si estás dispuesto a ofrecérsela a Él para que no apoye otra necesidad que la Suya. Toda la culpabilidad que hay en tus relaciones especiales procede del uso que haces de ellas. Todo el amor, del uso que Él hace de ellas. No temas, por lo tanto, abandonar tus imaginadas necesidades, las cuales no harían sino destruir la relación. De lo único que tienes necesidad es de Él.”

En mis relaciones estoy aprendiendo a amar, amar desde el perdón y escribir es parte de mi proceso de aprendizaje. Aunque los comparto, no pretendo hacer de estos escritos una cátedra de enseñanza, solo pretendo compartir lo que para mí significan hoy las enseñanzas del abuelo, especialmente cuando me decía:  Dios los cría y ellos se juntan…

Oscar Marino Cruz García

OM Un Camino Espiritual

jueves, 9 de noviembre de 2017

A cada santo le llega su día… decía el abuelo

En el camino de la vida nos encontramos, en diversos escenarios, personas enfrentando situaciones de dolor, dolor con el cual nos sintonizamos, a través de lo que llamamos empatía. Mal definida empatía, porque normalmente esa sintonía la hacemos desde el dolor que nos identifica con la persona que sufre, sin darnos cuenta que esto aumenta el sufrimiento, aunque nuestro deseo sea que el otro no sufra. La empatía, mal aplicada, solo perpetúa el sufrimiento. Un Curso de Milagros cita: El significado del amor (empatía) se pierde en cualquier relación que vaya en busca de la debilidad y espere encontrar amor en ella.

Cada persona está recorriendo con altos y bajos, con amor y sin amor, con dolores y alegrías, con esfuerzo y sin esfuerzo el camino de la vida y algún día llegará a su destino. Destino que solo ella debe descubrir. No pretendas andar o desandar el camino de otro. Recuerda, no eres el maestro, eres el alumno. Tampoco pretendas ser el juez que determina lo bueno y lo malo o aquello que deberían hacer los demás.

Gran parte de la problemática del mundo actual, se afianza en el impedimento que hacemos para que las personas recorran su propio sendero. Pretendemos ahorrarles dificultades desconociendo que a través de ellas pueden descubrir sus bloqueos emocionales y re-direccionar su camino. Toma distancia y anima con tu apoyo para que quienes te rodean den sus propios pasos, con la certeza de que el día propicio llegará y logrará su despertar. No pretendas despertar al que duerme, no lo comprenderá, no está preparado, déjalo dormir que las campanas del tiempo, de su tiempo, lo despertarán en su día.

Recuerda la enseñanza de Un Curso de Milagros: “La curación se hará a un lado siempre que pueda percibirse como una amenaza.” Las personas viven tan aferradas a la realidad de su dolor, que no conciben una vida sin sufrimiento. Permíteles recorrer su camino.

Y como dice el poeta anónimo: “Si ya has despertado y ves como duermen los demás a tu alrededor, entonces camina de puntillas, respeta su sueño y descubre la perfección de sus propios tiempos, así como fueron perfectos los tuyos. Cuando ellos abran sus ojos, el fulgor de tu brillo les ayudará a despertar sin necesidad de que hagas nada. Si aún duermes, relájate y disfruta tu sueño, estás siendo mecido y cuidado.”


Todos tenemos nuestro momento de despertar. Duerme si estás dormido, camina si estás despierto y juntos, solo juntos, podremos llegar.


Oscar Marino Cruz García

martes, 7 de noviembre de 2017

Relaciones Conscientes

"He sido un buscador y todavía lo soy,
pero he dejado de preguntar a los libros y a las estrellas.
Empecé a escuchar la enseñanza de mi alma."


Un Curso de Milagros me ha mostrado una visión diferente de un camino espiritual, ofreciéndome como recurso el verdadero perdón aplicado en las relaciones con todos los seres que convivo.

¿Preferirías tener razón a ser feliz?

Salir de nuestra caja de creencias, nos abre un mundo de posibilidades, nos permite ver el verdadero significado de una relación. Lo que muchas personas llaman enamoramiento, no es más que la sincronía de creencias y necesidades.  Solo la culpa implica sacrificio y donde hay sacrificio no existe el amor.

Uno de los errores al vivir nuestras relaciones es creer que éstas son absolutas, es decir, que no deben cambiar. El romanticismo nos ha llevado a expectativas equivocadas. Las relaciones basadas en el pasado son las que no cambian porque siempre nos llevan al mismo estado de dolor y sufrimiento.  Si enfrentamos nuestras relaciones en el momento presente y con nuestros mejores esfuerzos, sin la carga emocional del pasado, ni las expectativas del futuro, las convertiremos en una construcción permanente de amor. Pero, el desearlo no es suficiente, como en cualquier otra actividad, para relaciones sanas se requiere desarrollar destrezas y habilidades. Las relaciones cambian a las personas.

¿Estás dispuesto a cambiar?
¿Cuál es tu propósito en tus relaciones?
¿Estás pretendiendo llenar algún vacío?

Las relaciones no están diseñadas para hacerte feliz, su propósito es hacerte consciente.

Hablemos de Relaciones Conscientes
Sábado 18 de noviembre de 2017
De 3:00 p.m. a 6:00 p.m.
Aporte $20.000
Casa de las Burbujas
Carrera 9 # 2 - 96
San Antonio - Cali
WhatsApp 320 7208409
oscarmarcruz@gmail.com

lunes, 23 de octubre de 2017

Introducción a Un Curso de Milagros



"He sido un buscador y todavía lo soy,
pero he dejado de preguntar a los libros y a las estrellas.
Empecé a escuchar la enseñanza de mi alma."
Desde hace mucho tiempo había escuchado la existencia de Un Curso de Milagros y hace algunos años me tomé la libertad de explorarlo. No es un libro de lectura, es realmente un curso y no de los milagros que me habían definido cosas inexplicables, aquí los milagros son manifestaciones cotidianas de amor, que me invitan a despojarme de mi ego, un ego lleno de rituales y exigencias que me alejaban de mi verdadero propósito.

Un Curso de Milagros me ha mostrado una visión diferente de un camino espiritual, ofreciéndome como recurso el verdadero perdón aplicado en las relaciones con todos los seres que convivo y puede resumirse de la siguiente manera:
Nada real puede ser amenazado.
Nada irreal existe.
En esto radica la paz de Dios.

Tal como lo indica el curso, yo no lo escogí, él me escogió y quiero compartir contigo mi experiencia de lo que es la práctica del curso. Mi misión, no obstante, es alcanzar la perfección aquí, y, por lo tanto, la enseño una y otra vez, de muchísimas maneras, hasta que la logre aprender. El perdón es la meta final de este curso.

Te invito a recorrer este camino, pero debes abrir tu mente, tal y como dice el curso. La mentalidad abierta procede de una ausencia de juicios. Sólo aquellos que tienen una mentalidad abierta pueden estar en paz, pues son los únicos que ven razones para ello.  Es necesario una mente abierta, porque algo de lo que te provee el curso es de una re-significación de conceptos. Casi que el primer desafío al que nos enfrenta, es que nada tiene el significado que le hemos dado durante toda nuestra vida, definiciones que tu propio ego pretende reforzar, a través de la sociedad, la familia y todo tu entorno.

Un Curso de Milagros…   ¿Qué es?   ¿Cómo se originó?  ¿Qué enseña?  ¿Cómo se practica? ¿Es necesario un guía?  ¿Qué es el perdón?  ¿Qué es un milagro?

Es lo que pretendo compartir contigo. Tal vez ya seas un iniciado en la práctica de Un Curso de Milagros o solo lo hayas escuchado mencionar, quizás es tu primera aproximación al curso, no importa… ¡¡¡Acompáñame!!!

Introducción a Un Curso de Milagros
Sábado 28 de octubre de 2017
De 10:30 a.m. a 1:30 p.m.
Aporte $20.000
Casa de las Burbujas
Carrera 9 # 2 - 96
San Antonio - Cali
WhatsApp 320 7208409
oscarmarcruz@gmail.com

lunes, 18 de septiembre de 2017

Cada loco con su tema… decía el abuelo.

Existen tres verdades: La mía, la tuya y la Verdadera. En realidad, no son verdades, son solo creencias. Todas las personas tenemos nuestro propio sistema de creencias. Creencias adquiridas por herencia familiar, social o a través de nuestro recorrido por la vida y que determinan junto con nuestros valores los diversos comportamientos (decisiones) que tomamos.

Sadhguru dice… “El conflicto en el mundo no es entre el bien y el mal. Siempre es la creencia de un hombre contra la creencia de otro hombre.”

Cuanto dolor nos podríamos ahorrar si simplemente nos diéramos cuenta que todas las personas actuamos desde nuestros niveles de creencias, las cuales consideramos nuestro más valioso tesoro. Pero allí no radica el problema, la gran dificultad es que no estamos dispuestos a revisarlas. Mis creencias, ayer fueron útiles; hoy… ¿siguen siendo útiles? Los demás las deben revisar, yo no, yo tengo la verdad. Al cuestionar las creencias del otro, surge el conflicto y el ciclo del sufrimiento se perpetúa, pues lo que realmente deseamos es que los demás crean en lo que nosotros creemos. Permite que el otro permanezca en su nivel de creencias, está en todo su derecho. Su momento llegará.

Las creencias provienen de nuestras relaciones parentales y se convierten en nuestra carta de navegación en la vida que nos conduce a la dicha o al dolor, al cielo o al infierno. Pretendemos lograr cambios modificando comportamientos, no es posible. Cambia primero tus creencias y lograrás modificar tus comportamientos. Cada que la vida nos enfrenta ante una situación, en ocasiones de dolor, nos está invitando a revisar nuestras creencias. Jesús dijo: “Así como creísteis, así será. No miréis la paja en el ojo ajeno.”

Al enfrentar algún tipo de dificultad o antes de tomar una decisión pregúntate, ¿yo, en que creo? ¿Para qué estoy viviendo esto? ¿De quién es la vida que estoy viviendo?  Al indagar, las repuestas llegan y se desvanece el miedo. Por lo tanto, el comportamiento cambia. Deseamos una mejor vida, pero lo hacemos desde nuestras creencias, ignorando que son éstas las que nos han traído hasta nuestra situación actual. Cuestiona tus creencias. Nada más dañino que vivir en un estado de certeza.

Hace algunos años apareció el boom de la Ley de la Atracción y, yo incluido, la utilizamos principalmente para atraer prosperidad económica. Hoy entiendo que no me funciono porque lo hice desde la carencia. Desde creencias basadas en pobreza, en la pecaminosidad del dinero, etc. Las creencias son muy fuertes. “Así como creísteis, así será.”

Hoy la sociedad nos muestra, de una forma muy evidente, la brecha generacional entre padres e hijos. Ambos sistemas de creencias han forjado una lucha de supervivencia, los padres por perpetuar las suyas y los hijos por imponer las propias. Cuando todo sería tan simple si permitiéramos vivir a Cada loco con su tema… como decía el abuelo.


¿Cuál es mi necesidad de ir por la vida convenciendo a los demás que mi creencia (forma) es la mejor? 

lunes, 4 de septiembre de 2017

A boda ni bautizo no vayas sin ser llamado… decía el abuelo

Gracias a las redes sociales uno se entera de casi todo y se puede intervenir de forma positiva en diversos asuntos de la sociedad. Pero con mayor frecuencia se abren debates (el abuelo los llamaba discusiones bizantinas), con las que pretendemos arreglar el mundo. Pero ¿Quién dijo que el mundo necesita ser arreglado? ¿No será que el mundo, así como es, está bien? O ¿que al menos es lo que hemos hecho de él?

Me gusta la fotografía manual, entre otras cosas, porque exige selección y enfoque, algo que mis ojos comunes no podían hacer. Al hacer una fotografía primero tomo la decisión de lo que quiero observar (selección), definiendo las características de cómo debe quedar el objeto fotografiado (enfoque) y ¡Bingo!!!     Gracias a la práctica, se ha vuelto un proceso mental tan rápido que solo muevo mis dedos, pareciera que uno no tuviera que pensar. Y aunque me gusta la fotografía no le disparo a todo, prefiero fotografiar la naturaleza porque me gusta. Estos principios de la fotografía son los que aplico en mi vida cotidiana.

Normalmente hacía el proceso contrario. No proyectaba mi realidad, sino que aceptaba la proyección de otros como mi realidad. No tenía foco y como los medios me llenaban de información negativa, emitía juicios y más juicios. Pretendía cambiar el mundo y me metía en fiestas a las cuales no había sido invitado, generando en mi un estado de frustración, insatisfacción, rabia, incertidumbre, etc.

Pero un día, un gran día, me pregunté: ¿Qué tal que lo único que debe ser arreglado soy yo y que todo lo demás está bien? Me di cuenta que mi forma de percibir al mundo es producto de lo que hay en mi mente. Si de verdad quiero cambiar la realidad que veo, debo empezar por cambiar la forma en que mi mente percibe al mundo y todo su contenido. Así lo externo cambió. Cuando nos permitimos “el lujo” de ver la vida de una forma diferente, la vida nos cambia.

Aquellas discusiones bizantinas que uno observa, y que se dan a todo nivel, solo pretenden soluciones externas: que sea el otro quien aporte su cambio… mientras yo, desde mi trono llamado ego, sigo considerando que tengo la razón. Creo que la realidad es lo que ven mis ojos. Finalmente, lo que deseo es que el mundo se alinee con mis formas, que todo el mundo piense como yo pienso. ¿Es este el cambio que necesita el mundo? o ¿Es solo la pretensión de mi ego? Nada más fatal que la certeza de mis conceptos.

Nuestra especialidad ha sido la de emitir juicios (interpretaciones), en forma permanente, y esperamos que el mundo se alinee al escuchar nuestros juicios. Por el contrario, todo ha empeorado. “No juzguéis, para que no seáis juzgado” nos ha enseñado Jesús. Cuando juzgas al otro, te estás juzgando a ti mismo, estás yendo a una fiesta a la que no estás invitado. El juicio que lanzas contra el otro, no es más que una expresión de tus miedos. ¿A qué le tienes miedo?

Un Curso de Milagros nos enseña: “La decisión de juzgar en vez de conocer es lo que nos hace perder la paz. Juzgar es el proceso en el que se basa la percepción, pero no el conocimiento.”

Nos creemos con el derecho de intervenir en el proceso de los demás, sin siquiera conocer la totalidad de su historia. Y no es posible conocerla, por lo tanto, no es posible emitir un juicio justo. Es increíble que juzgar, algo tan desgastante y tan lleno de resultados negativos, se haya convertido en nuestra principal actividad. Simplemente no juzguéis. No intervengas donde no has sido llamado. No vayas a una fiesta a la que no estás invitado… decía el abuelo. No es suficiente con “creer” en Dios, hay que creerle a Dios: No juzguéis para que no seáis juzgados.

miércoles, 16 de agosto de 2017

Las apariencias engañan… decía el abuelo.

¿Qué tal que lo que observas no sea real? ¿Qué tal que todo sea un sueño? ¿Qué tal que lo que consideramos real solo sea un invento de nuestra mente? ¿Te lo has preguntado?

El abuelo en muchas ocasiones, especialmente cuando observaba que me deslumbraba por algunas cosas, me decía: Las apariencias engañan.  Este mundo dirigido por una mentalidad materialista nos encandila con sus encantos y eso nos ha hecho perder el verdadero sentido de la vida. Confundimos momentos de placer con Felicidad, intercambiamos ilusiones de enfermedad por ilusiones de salud, ilusiones de carencia por ilusiones de prosperidad, sin darnos cuenta que son solo sensaciones, por lo tanto, pasajeras, limitadas dentro de un espacio temporal de tiempo inexistente. Solo apariencias agradables que parecen ser sueños felices.

Aunque para algunas personas forma y realidad suele ser lo mismo, no pueden ser lo mismo. La única Realidad es tu Ser, la creación perfecta de Dios. Sin momentos porque es Eterna, sin condiciones porque es Absoluta, sin errores porque es producto del Pensamiento de Dios. Lo que nos confunde es que le damos credibilidad a las formas que nuestros ojos nos muestran perdiendo la visión de lo Eterno, conduciéndonos por un camino de dolor y sufrimiento, que nos oculta la Realidad y que nos convence que es real.

Despierta, pon un filtro a tu mente que te permita ver la Realidad. Las apariencias engañan… El dolor, el resentimiento, la carencia, la enfermedad, el “amor”, el materialismo hacen parte de la extensa lista de ídolos que han hecho de tu vida una película de terror. Conservar tus ídolos es creer que algunos de tus dolores y desdichas no pueden ser perdonados. La simple decisión de no creer en tus ídolos te hace deshacer el error de creer que son reales, te alejarás del sufrimiento y empezarás a vivir verdaderos estados de paz. Tomar una decisión es solo el primer paso y cuando lo haces la vida te ofrece los medios para lograr lo que has decidido.

El amor es un medio para demostrar que todas las formas pueden cambiar precisamente porque son formas y porque carecen del atributo de inmutabilidad que la realidad entraña.


Establece momentos de paz interior en donde puedas practicar ese contacto con la realidad que brota de tu ser, hazlos extensivos a tus relaciones que son el medio que la Vida nos brinda para reencontrarnos con nuestra Esencia y fundirnos con Dios. Que las apariencias no te engañen…

viernes, 21 de julio de 2017

Si Dios quiere… decía el abuelo

Cuando manifestaba mis deseos el abuelo los complementaba con… Si Dios quiere. ¿Qué significa si Dios quiere? ¿Será que Dios podrá estar en contra de mis deseos? Muchas preguntas rondaban por mi mente. La Vida se encarga de enseñarnos a través de nuestros propios errores, y es paradójico, porque nos permite “decidir” para que podamos darnos cuenta de nuestras equivocaciones.

Este mundo creado por la mente humana y sobre el cual creemos tener dominio nos presenta una serie de opciones, muy tentadoras, que nos alejan del mundo Real. Hoy siento que el abuelo con su refrán pretendía hacerme caer en la cuenta que existe un mundo Real, más allá del que me he inventado, y que la Voluntad de Dios se manifiesta, aquí, si permito que me guíe.

Uno de los errores que hoy percibo es que me hago caso a mí mismo y tomo decisiones basadas en mis percepciones de un mundo creado por mi imaginación... mi sufrimiento se perpetúa. Si Dios quiere, se refiere al Conocimiento, la Verdad, el Amor. Cuando tomo decisiones guiado por Dios estoy actuando desde el Conocimiento y desde esta perspectiva solo podré tomar decisiones acertadas para mí y para los demás.

Un Curso de Milagros dice: “Del conocimiento y de la percepción surgen dos sistemas de pensamiento distintos que se oponen entre sí en todo. En el ámbito del conocimiento no existe ningún pensamiento aparte de Dios porque Dios y Su Creación comparten una sola Voluntad. El mundo de la percepción, por otra parte, se basa en la creencia en opuestos, en voluntades separadas y en el perpetuo conflicto que existe entre ellas, y entre ellas y Dios.”

Cada que nos encontramos en el mundo de la percepción nos atrapamos en un sueño del cual no podemos salir sin ayuda. Ahora, cada que debo tomar una decisión, simplemente me aparto hacia mi interior y en silencio pido la orientación de Dios con la certeza que la decisión que finalmente tome tiene Su orientación. En algunos casos me encuentro con que la decisión que debo tomar va en contravía de mis creencias y surge la pregunta ¿A quién le creo? Entonces, suelto mis percepciones y permito que el Conocimiento se manifieste… hago caso.

miércoles, 28 de junio de 2017

Haga caso m´hijo

Hacer caso no implica obediencia, porque la obediencia es sumisión. Hacer caso tiene que ver con permitir que tú esencia se manifieste desde su perfección, sin la contaminación de tu ego. “Haga caso” significa aceptación, sin adicciones, ni sustracciones hechas desde el ego. Aceptar que las circunstancias, las personas, los objetos, todos sean como son. Cuando mi pretensión es no aceptar, estoy desde la carencia, esperando que lo que mi mente sueña sea mejor que aquello que la vida me ofrece en este momento.

En el rito católico se utiliza con frecuencia la expresión “Amén”, que significa “Así sea”. Hoy la entiendo desde la visión del abuelo, cuando me decía… “Haga caso m´hijo”. “Amén”, así sea, es Aceptación. Nuestra desdicha empieza cuando esperamos que la vida nos ofrezca algo mejor que lo que hoy tenemos. Imploramos a Dios por sus bendiciones o dádivas y al terminar nuestros ruegos expresamos... Amén (así sea), pero no lo aceptamos. Aparece la queja y nuestro ego nos hace creer que debe haber algo mejor para nosotros. No hacer caso significa no aceptar.

En algunas religiones, filosofías, incluso desde la ética y la moralidad nos hablan de la gratitud como pilar estructural hacia el logro de la felicidad. Hoy entiendo que Agradecer es mucho más grande que aparentar, con expresiones, ser agradecido. Ahora entiendo que agradecer es Aceptar, es Amén, es Así sea. Tal y como la vida me lo ofrece, sin “mis mejoras” que solo salen de una mente llena de ego.


Hoy me esfuerzo por hacer caso. Por aceptar que las personas, circunstancias y cosas que la vida me ofrece son dádivas de Dios, necesarias e indispensables para mi crecimiento. Hoy…  Hago caso. Hoy Acepto lo que la Vida me ofrece. Hoy Agradezco. Amén. Así Sea.

martes, 18 de abril de 2017

El que tenga oídos que escuche

Más que un requerimiento de tener un instrumento para escuchar es la invitación a una mente abierta al aprendizaje, una disposición a aprender, un despojarnos del ego que nos hace creer que tenemos la respuesta acertada para todo. Es escuchar más allá de las palabras. Es sintonía desde mi esencia con la esencia del otro. Es regresar a la Unidad. Es no juzgar.

Estamos acostumbrados culturalmente solo a oír nuestros propios pensamientos reforzando la vieja idea de separación: usted y yo somos diferentes. Negarnos a escuchar es el error del que emite juicios. Escuchar es ser consciente de mi sentir ante los estímulos del entorno. Escuchar es ser consciente del sentir del otro. Escuchar en silencio es ser consciente de mi esencia.

Siempre te has oído a ti mismo. Todo lo que tu entorno te dice ha estado sujeto a tus interpretaciones, a tus recuerdos de experiencias pasadas. Abrirse a la posibilidad de escuchar al otro, más allá de las palabras, del tono de las palabras, más allá de sus gestos, nos acerca a la Fuente. Es descubrir el verdadero mensaje.

Hoy decido escuchar más allá de…  es una invitación a dejar a un lado tus juicios, conceptos e ideas.
Hoy decido escuchar más allá de…  es una invitación a abrirnos a posibilidades diferentes.

Escuchar es una decisión que puedes tomar a cada instante, escuchar es una herramienta poderosa y es fuente de aprendizaje. Ejercita la escucha consciente, simplemente decide ir más allá de los sentidos. En las diferentes actividades de tu rutina diaria te sugiero ejercitarte cada día con: Hoy decido escuchar más allá de…  (Palabras, gestos, juicios, actitudes, formas, etc.), intenta descubrir el sentir que hay detrás de las expresiones. Encontrarás un mundo de posibilidades que permitirán exteriorizar lo más puro de tus sentimientos y lo más importante, quizás, es permitirte apoyar a otro ser humano a expresar sus verdaderas emociones. Es terapéutico para ambos.

Recuerdo cuando el abuelo decía: A palabras necias oídos sordos. No te quedes con el ruido que captan tus oídos, busca la emocionalidad escondida, permítete sentirla y “verla” sin juicios, sin reacciones. Re-sentir es volver a sentir, es re-significar una experiencia, sin juicios, solo aceptación.


Escucha ¿A quién debo escuchar? Pregúntale al Universo, espera las señales de su respuesta y haz caso. Escucha en sublime silencio. Permanece tranquilo y abre tu mente. Trasciende los ruidos de tu mente y las imaginaciones enfermizas que cubren tu esencia y enturbian tu vínculo con Dios. Sumérgete en la paz que te espera más allá de tus pensamientos, sensaciones  y percepciones de este mundo. Ve a tu interior, allí están todas tus respuestas… escucha !!!




jueves, 6 de abril de 2017

Como decía el abuelo… un enfoque espiritual

Desde mi niñez escuchaba al abuelo explicar las circunstancias de la vida con sus refranes, pero mi mente no estaba preparada para extraer su inmensa enseñanza.

Sus refranes, elaborados con palabras sencillas pero llenas de gran profundidad. Sin métrica porque transmiten libertad, logrando con lo simple definir lo complejo. Libres de juicio. Sin palabras rebuscadas o inentendibles, porque su mensaje está lleno de amor.

Sus refranes, dan continuidad a enseñanzas ancestrales de todos aquellos que hacen parte de ese entramado de seres maravillosos de los cuales heredé la grandeza que habita en mi interior. Instrumentos de la Vida para transmitirme un mensaje sin fecha de caducidad, pero con la eterna seguridad que algún día, que solo yo podía vivir, descubriría sus enseñanzas. Era cuestión de tiempo y el abuelo lo sabía. Amor, paciencia y paz sus grandes bastones.

Pretendo, desde la misma simplicidad del abuelo, compartir mis aprendizajes a través de los refranes recogidos a lo largo de mis 35 (léase al revés) años de vida. El paso por la escuela de la vida, la universidad en casi todos sus escenarios, diversos enfoques filosóficos, herramientas de programación de la mente, aprendizaje de técnicas conversacionales, diversas técnicas de meditación, estudiar el más allá (aún sin entender el más acá), me han regresado a lo simple, lo práctico y lo profundo de los refranes del abuelo. A comprender que los milagros que la Vida nos ofrece son aquellos que nos permitimos manifestar a todos los seres, desde nuestra alma, ofreciendo amor, solo amor… a través del perdón y la gratitud.

Mi aprendizaje, de los refranes del abuelo, solo pretende ser para usted, amigo lector, una invitación para descubrir el suyo. Lo que aquí expreso no es verdad, debes descubrir tu verdad y juntos podremos llegar a la Verdad. El camino espiritual es un camino muy personal y las experiencias vividas por otros son solo un referente para apoyarnos en la posibilidad de encontrar nuestro propio camino hacia la Esencia.

Oscar Marino Cruz García

miércoles, 15 de marzo de 2017

El ego y la falsa autonomía

Es razonable preguntarse cómo pudo la mente haber inventado al ego. De hecho, ésa es la mejor pregunta que puedes hacerte. Sin embargo, no tiene objeto dar una respuesta en función del pasado porque el pasado no importa, y la historia no existiría si los mismos errores no siguiesen repitiéndose en el presente. El pensamiento abstracto es pertinente al conocimiento porque el conocimiento es algo completamente impersonal, y para entenderlo no se necesita ningún ejemplo. La percepción, por otra parte, es siempre específica y, por lo tanto, concreta.

Todo el mundo inventa un ego o un yo para sí mismo, el cual está sujeto a enormes variaciones debido a su inestabilidad. También inventa un ego para cada persona a la que percibe, el cual es igualmente variable. Su interacción es un proceso que los altera a ambos porque no fueron creados por el Inalterable o mediante Él. Es importante darse cuenta de que esta alteración ocurre con igual facilidad tanto si la interacción tiene lugar en la mente como si entraña proximidad física. Pensar acerca de otro ego es tan eficaz en el proceso de cambiar la percepción relativa como lo es la interacción física. No puede haber mejor ejemplo que éste de que el ego es solamente una idea y no un hecho.

Tu propio estado mental es un buen ejemplo de cómo fue inventado el ego. Cuando repudiaste el conocimiento fue como si jamás lo hubieses tenido. Esto es tan evidente que basta con que lo reconozcas para constatar que eso es lo que en realidad ocurre. Y si eso ocurre en el presente, ¿por qué habría de sorprenderte que hubiese ocurrido en el pasado? Asombrarnos ante lo inusual es una reacción comprensible, pero asombrarnos ante algo que ocurre con tanta frecuencia no lo es en absoluto. No olvides, no obstante, que la mente no tiene por qué operar así, aunque así es como opera ahora.

Piensa en el amor que los animales sienten por sus crías y en la necesidad que sienten de protegerlas. Eso se debe a que las consideran parte de sí mismos. Nadie repudia lo que considera parte de sí mismo. La manera en que reaccionas ante tu ego es similar a como Dios reacciona ante Sus creaciones: con amor, con protección y con caridad. Tus reacciones ante el yo que inventaste no son sorprendentes. De hecho, son muy similares a la forma en que algún día reaccionarás ante tus creaciones reales, las cuales son tan eternas como tú. No es cuestión, por lo tanto, de cómo reaccionas ante el ego, sino de lo que crees ser. Creer es una función del ego, y mientras tu origen siga sujeto a interpretaciones lo seguirás viendo desde el punto de vista del ego. Cuando el aprendizaje deje de ser necesario, simplemente conocerás a Dios. La creencia de que hay otra forma de percibir es la idea más sublime de que es capaz el pensamiento del ego. Ello se debe a que dicha idea reconoce, aunque sea mínimamente, que el ego no es el Ser.

UCDM

sábado, 4 de marzo de 2017

Despertar

Si ya has despertado y ves como duermen los demás a tu alrededor, entonces camina de puntillas, respeta su sueño y descubre la perfección de sus propios tiempos, así como fueron perfectos los tuyos. Cuando ellos abran sus ojos, el fulgor de tu brillo les ayudará a despertar sin necesidad de que hagas nada. Si aún duermes, relájate y disfruta tu sueño, estás siendo mecido y cuidado.

Despertar no es un acto de magia, aunque llena de magia tu vida.
Despertar no tiene nada que ver con el mundo externo, aunque todo lo que te rodea parece tener un nuevo brillo.
Despertar no cambia tu vida, si bien sientes que todo ha cambiado.
Despertar no borra tu pasado, pero al mirar atrás lo percibes como la historia de alguien muy querido que aprendió muchas cosas, pero sientes que ese alguien ya no eres tú.
Despertar no despierta a tus seres queridos, pero ellos se ven más divinos ante tus ojos.
Despertar no sana todas tus heridas, pero ellas dejan de gobernarte.
Despertar no te hace más popular, pero ya no volverás a sentirte solo.
Despertar no te embellece ante los demás, pero te hace perfecto ante tu propia mirada.
Despertar no te da más poder, pero descubres el poder que tienes.
Despertar puede que no disuelva los barrotes de tus cárceles, pero te da la libertad de ser tú mismo.
Despertar no cambiará el mundo, al menos de repente, pero te cambiará a ti.
Despertar no te quita responsabilidad, muy por el contrario, te da conciencia de las consecuencias de tus actos y elecciones.
Despertar no te hace tener siempre la razón, más bien ya no sientes la necesidad de tenerla.
Despertar es amarte a ti mismo, con tus límites y con tus experiencias, es amar al otro como parte de tu ser y es amar a la existencia. Permítete disfrutar de la experiencia de ser ese Ser maravilloso que ya eres. Tu vida es un Acto Sagrado pues es la creación del Dios que hay en ti, que eres tú.

Anónimo

lunes, 27 de febrero de 2017

El perdón es la llave de la felicidad

He aquí la respuesta a tu búsqueda de paz. He aquí lo que le dará significado a un mundo que no parece tener sentido. He aquí la senda que conduce a la seguridad en medio de aparentes peligros que parecen acecharte en cada recodo del camino y socavar todas tus esperanzas de poder hallar alguna vez paz y tranquilidad. Con esta idea todas tus preguntas quedan contestadas; con esta idea queda asegurado de una vez por todas el fin de la incertidumbre. (Haz clic en la imagen)

La mente que no perdona vive atemorizada, y no le da margen al amor para ser lo que es ni para que pueda desplegar sus alas en paz y remontarse por encima de la confusión del mundo. La mente que no perdona está triste, sin esperanzas de poder hallar alivio o liberarse del dolor. Sufre y mora en la aflicción, merodeando en las tinieblas sin poder ver nada, convencida, no obstante, de que el peligro la acecha allí.

La mente que no perdona vive atormentada por la duda, confundida con respecto a sí misma, así como con respecto a todo lo que ve; atemorizada y airada. La mente que no perdona es débil y presumida, tan temerosa de seguir adelante como de quedarse donde está, de despertar como de irse a dormir. Tiene miedo también de cada sonido que oye, pero todavía más del silencio; la obscuridad la aterra, más la proximidad de la luz la aterra todavía más. ¿Qué puede percibir la mente que no perdona sino su propia condenación? ¿Qué puede contemplar sino la prueba de que todos sus pecados son reales?

La mente que no perdona no ve errores, sino pecados. Contempla el mundo con ojos invidentes y da alaridos al ver sus propias proyecciones alzarse para arremeter contra la miserable parodia que es su vida. Desea vivir, sin embargo, anhela estar muerta. Desea el perdón, sin embargo, ha perdido toda esperanza. Desea escapar, sin embargo, no puede ni siquiera concebirlo, pues ve pecado por doquier.

La mente que no perdona vive desesperada, sin la menor esperanza de que el futuro pueda ofrecerle nada que no sea desesperación. Ve sus juicios con respecto al mundo, no obstante, como algo irreversible, sin darse cuenta de que se ha condenado a sí misma a esta desesperación. No cree que pueda cambiar, pues lo que ve da testimonio de que sus juicios son acertados. No pregunta, pues cree saber. No cuestiona, convencida de que tiene razón.

El perdón es algo que se adquiere. No es algo inherente a la mente, la cual no puede pecar. Del mismo modo en que el pecado es una idea que te enseñaste a ti mismo, así el perdón es algo que tienes que aprender, no de ti mismo, sino del Maestro que representa a tu otro Ser. A través de Él aprendes a perdonar al ser que crees haber hecho, y dejas que desaparezca. Así es como le devuelves tu mente en su totalidad a Aquel que es tu Ser y que jamás puede pecar.

Cada mente que no perdona te brinda una oportunidad más de enseñarle a la tuya cómo perdonarse a sí misma. Cada una de ellas está esperando a liberarse del infierno a través de ti, y se dirige a ti implorando el Cielo aquí y ahora. No tiene esperanzas, pero tú te conviertes en su esperanza. Y al convertirte en su esperanza, te vuelves la tuya propia. La mente que no perdona tiene que aprender, mediante tu perdón, que se ha salvado del infierno. Y a medida que enseñes salvación, aprenderás lo que es. Sin embargo, todo cuanto enseñes y todo cuanto aprendas no procederá de ti, sino del Maestro que se te dio para que te mostrase el camino.

Nuestro propósito consiste en aprender a perdonar. Si estás dispuesto, hoy puedes aprender a aceptar la llave de la felicidad y a usarla en beneficio propio. 

La mente que no perdona no cree que dar y recibir sean lo mismo.


UCDM

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Profe, enséñeme a aprender no a obedecer.