En el rito católico se utiliza con
frecuencia la expresión “Amén”, que significa “Así sea”. Hoy la entiendo desde
la visión del abuelo, cuando me decía… “Haga caso m´hijo”. “Amén”, así sea, es
Aceptación. Nuestra desdicha empieza cuando esperamos que la vida nos ofrezca
algo mejor que lo que hoy tenemos. Imploramos a Dios por sus bendiciones o
dádivas y al terminar nuestros ruegos expresamos... Amén (así sea), pero no lo
aceptamos. Aparece la queja y nuestro ego nos hace creer que debe haber algo
mejor para nosotros. No hacer caso significa no aceptar.
En algunas religiones, filosofías,
incluso desde la ética y la moralidad nos hablan de la gratitud como pilar
estructural hacia el logro de la felicidad. Hoy entiendo que Agradecer es mucho
más grande que aparentar, con expresiones, ser agradecido. Ahora entiendo que
agradecer es Aceptar, es Amén, es Así sea. Tal y como la vida me lo ofrece, sin
“mis mejoras” que solo salen de una mente llena de ego.
Hoy me esfuerzo por hacer caso. Por
aceptar que las personas, circunstancias y cosas que la vida me ofrece son
dádivas de Dios, necesarias e indispensables para mi crecimiento. Hoy… Hago caso. Hoy Acepto lo que la Vida me
ofrece. Hoy Agradezco. Amén. Así Sea.
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