Desde mi niñez escuchaba al abuelo
explicar las circunstancias de la vida con sus refranes, pero mi mente no
estaba preparada para extraer su inmensa enseñanza.
Sus refranes, elaborados con palabras
sencillas pero llenas de gran profundidad. Sin métrica porque transmiten
libertad, logrando con lo simple definir lo complejo. Libres de juicio. Sin
palabras rebuscadas o inentendibles, porque su mensaje está lleno de amor.
Pretendo, desde la misma simplicidad del
abuelo, compartir mis aprendizajes a través de los refranes recogidos a lo
largo de mis 35 (léase al revés) años de vida. El paso por la escuela de la
vida, la universidad en casi todos sus escenarios, diversos enfoques
filosóficos, herramientas de programación de la mente, aprendizaje de técnicas
conversacionales, diversas técnicas de meditación, estudiar el más allá (aún
sin entender el más acá), me han regresado a lo simple, lo práctico y lo
profundo de los refranes del abuelo. A comprender que los milagros que la Vida
nos ofrece son aquellos que nos permitimos manifestar a todos los seres, desde
nuestra alma, ofreciendo amor, solo amor… a través del perdón y la gratitud.
Oscar Marino Cruz García
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