Son
las circunstancias de vida las que nos permiten vivir momentos de verdadera auto-observación
ante nuestra fragilidad como humanos, humanos que nos creemos auto-suficientes por
desconocer nuestro Verdadero Ser. Pero que, a la vez, nos da la posibilidad del
perdón… Solo debemos estar dispuestos a ver nuestra propia terquedad ante
posiciones radicales y justicieras que sentencian al otro sin permitirnos
observar su esencia, su propio dolor y su forma diferente, a la nuestra, de
pedir Amor. Hoy más que nunca experimento
aquello de que por muy ásperas que sean las palabras o los actos… “Si no estás
dispuesto a percibir una petición de ayuda como lo que es, es porque no estás
dispuesto a prestar ayuda ni a recibirla. Dejar de reconocer una petición de
ayuda es negarse a recibir ayuda. ¿Crees que no la necesitas?”.
Solemos
pedir ayuda a un Ser superior pero cuando la ayuda se nos presenta de la forma
no esperada, la rechazamos porque, casi siempre, se nos presenta como una oportunidad
de confrontarnos a nosotros mismos. Es por esta razón que las ayudas imploradas
nos llegan a través de personas con comportamientos que nos confrontan y
nuestro miedo nos conduce a rechazar y tomar distancia. Es lo más fácil, pero a
la larga lo más auto-destructivo. Las relaciones no son para hacernos felices,
sino para hacernos conscientes.
Abuelo,
gracias por recordarme que… No hay peor
ciego que el que no quiere ver.
Oscar Marino Cruz García
No hay comentarios:
Publicar un comentario