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jueves, 9 de enero de 2020

Nada es lo que parece… decía el abuelo


Vivimos en un mundo lleno de problemas basados en creencias que hemos aprendido o heredado de nuestra familia y de la sociedad en la que hemos crecido. Creencias que son interpretaciones que se convierten en una verdad absoluta, gracias, entre otras cosas, a la inmediatez con la que usamos las redes sociales. No es un simple juicio de bueno o malo, solo que hemos permitido que nos hayan conducido a esta instancia de la vida. ¿Es útil?

El error se observa cuando no nos atrevemos a cuestionar la “realidad” que nuestras percepciones, y las de otros, nos muestran. Asumimos que lo percibido por los cinco sentidos es “real” y con esta “realidad” vamos por el mundo ofreciendo nuestras opiniones, nuestra certeza de lo observado, traficando con nuestro sentir para no ser “inadecuados” o mostrarnos como “adecuados”, pero arrasando con nuestros sentimientos y el de los demás. Por lo tanto, aparecen la depresión y la ira, ante la incapacidad de resolver lo irresoluble porque sencillamente no hemos logrado identificar el problema.

Desde mi perspectiva, hay un error mayor y es el de propagar opiniones de otros como verdades irrefutables, por el solo hecho de exaltar nuestro sentimiento de víctima, hundiéndonos en la culpa. Nos encanta sentirnos como víctimas de las circunstancias de vida y de decisiones de otros. Nos consideramos los más pobrecitos y desde este sentir vamos propagando ideas ajenas que se alimentan de más víctimas, para lucrarse a través del dolor y la culpa que proyectamos hacia el mundo. Finalmente concluimos: “son ellos los que han actuado mal”. Surge, entonces, una sentencia: yo soy una víctima y ustedes son los culpables de mi sufrimiento.

Si no vemos La Realidad, hablar de ella sería propagar un chisme. Porque solo la experiencia directa de lo que vives te puede conducir hacia La Verdad, si es que estás dispuesto a cuestionar aquello a lo que le otorgas valor. Que sea la experiencia de lo vivido el altavoz que enuncia tu sentir, en vez de perseguir estrellas de luz anunciadas por otros.

Ante las diferentes circunstancias de vida, has una pausa y respira profundo, permítete cuestionar lo que ves, experimentar lo que sientes, con la certeza que desde la duda de tus interpretaciones podrás encontrar una luz que te conduzca hacia la Verdad. Pues, al aferrarte a ideas propias o ajenas, sigues victimizándote con referencias de un pasado inexistente. Un pasado que muchos no desean soltar porque les robaría el lucrativo negocio de ser una víctima que mantiene la esperanza de un mejor futuro… inexistente!!!

Aquel que cree tener la certeza de la verdad, vive en una mentira, porque Nada es lo que parece… decía el abuelo.

Oscar Marino Cruz García
 http://www.youtube.com/c/OscarMarinoCruzGarcía

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Profe, enséñeme a aprender no a obedecer.