La
Biblia dice: "Castigaré los pecados de los padres hasta la tercera y
cuarta generación", es una aseveración cruel, por parte de un dios
castigador… ¿Qué responsabilidad tengo por decisiones tomadas por personas que
ni siquiera conocí? Creo que la pregunta es válida, al menos para una
reflexión. Cuando permití en mi mente esta perspectiva, tuve una sensación dualista.
La primera es que alguien era responsable de mis circunstancias actuales. Lo
segundo, por el contrario, era sentir gratitud por mis ancestros, pues gracias
a ellos yo estaba en este mundo. ¿Cómo sentir verdadera gratitud, por alguien
que juzgo como el responsable de mis circunstancias?, ahora entiendo por qué
mis oraciones solo me daban tranquilidad sin sentir una paz verdadera.
UCDM
dice: “Para el Espíritu Santo, la frase significa que en las generaciones
posteriores Él todavía podrá reinterpretar lo que las generaciones previas
habían entendido mal, anulando así la capacidad de dichos pensamientos para
suscitar miedo. El perdón no es piedad, la cual no hace sino tratar de perdonar
lo que cree que es verdad. el perdón no establece primero que el pecado sea
real para luego perdonarlo. Nadie que esté hablando en serio diría: "Hermano,
me has herido. Sin embargo, puesto que de los dos yo soy el mejor, te perdono
por el dolor que me has ocasionado"”.
Observando
con detalle la película, cuando Miguel se encuentra con su tatarabuela, le
lanza una frase concluyente: “…tú ya viviste tu vida, permite que yo viva
la mía”. Una decisión, solo una
decisión es suficiente para que la Vida nos ofrezca lo necesario para hallar la
verdad. En otras palabras, es permitirnos ver las cosas de otra manera. El
drama nos cuenta del rechazo heredado hacia un miembro de la familia por una decisión
tomada. El rechazo, es un juicio que hacemos sin tener la información completa
y verdadera de los hechos. Y lo perpetuamos al adherimos al juicio de otros,
sin permitirnos conocer la verdad. Fuera del contexto de la película y haciendo
referencia a la vida real, no solo heredamos hechos dolorosos, existen éxitos
que nos dejan el sinsabor de que “algo me hace falta”, y esa sensación de estar
incompletos nos genera estrés existencial. Finalmente es lo mismo, diferente
forma mismo dolor, nada es completo, porque buscamos en el otro la causa que
solo existe en tu interior.
Por
otra parte, la película nos recuerda la importancia de la familia, del amor
filial. Desafortunadamente, lo que hoy vemos son familias separadas por el
dolor, el éxito, resentimientos, enfermedades, dinero, creencias religiosas,
dependencia emocional, etc., y lo curioso de todo es que vamos tratando de
convencer, unos a otros, para que se sumen a nuestras creencias (dolores) y
cual equipo de futbol buscamos personas que se adhieran a nuestro club de fans.
La filiación es una estructura que nos refleja todo aquello que debemos sanar y
nuestro error es ver el error en el otro. Recurrimos a la oración como el medio
de ayudar al otro y si consideras que debes hacer oración para alguien, te
garantizo que debe ser para ti mismo, para nadie más. Solo tú necesitas la guía
de Dios para que te ayude a cambiar la percepción con que observas lo que
sucede a tu alrededor, de tal forma, que dejarás de ver la paja en el ojo ajeno
y podrás observar la viga que tienes en los tuyos. Si existe alguien en
ilusión, ese eres tú. Asume la
responsabilidad de tu vida.
UCDM
dice: “Respondes a lo que percibes, y tal como percibas así te comportarás. La
Regla de Oro te pide que te comportes con los demás como tú quisieras que ellos
se comportasen contigo. Esto significa que tanto la percepción que tienes de ti
como la que tienes de ellos debe ser fidedigna. La Regla de Oro es la norma del
comportamiento apropiado. Tú no puedes comportarte de manera apropiada a menos
que percibas correctamente. Dado que tú y tu prójimo sois miembros de una misma
familia en la que gozáis de igual rango, tal como te percibas a ti mismo y tal
como lo percibas a él te comportarás contigo mismo y con él. Debes mirar desde
la percepción de tu propia santidad a la santidad de los demás.”
Vive
tu vida, escucha tu corazón y permite que Dios te guíe. No continúes
perpetuando creencias de dolor y sufrimiento, creencias que no son tuyas y que
te llevan a tomar decisiones equivocadas. Nuestros ancestros tomaron las
decisiones que sus niveles de consciencia les permitieron. Decisiones acertadas
para ellos, en su momento, porque así lo creyeron. Tu nivel de consciencia es
diferente, por lo tanto, debes tomar decisiones diferentes. Pero, recuerda, que
para tomar decisiones diferentes se requiere un cambio de percepción. La
oportunidad que nos da la Vida de vivir, aparentemente, historias repetidas, de
fracaso o éxito impregnadas de dolor, es porque tienes la responsabilidad
contigo y tus ancestros, de cortar esos lazos de sufrimiento e interrumpir su
continuidad.
Una
forma de hacerlo para encontrar respuestas es la auto indagación. Pregúntate…
¿Para qué estoy viviendo esto? Examina el problema, pide la respuesta, y cuando
te llegue, acéptala.
Ver
el pecado del otro es aferrarnos al sufrimiento. Es desafortunado ver como las
personas son empáticas con los demás, desde el sufrimiento, desde el victimismo,
sin ser conscientes que ésta, mal llamada empatía, nos conduce a perpetuar el
dolor. El verdadero amor no es corregir el aparente error del otro, es
acogerlo, aunque crea que se ha equivocado. El verdadero perdón es darnos
cuenta de que no había nada que perdonar, solo aceptar. El sufrimiento tiene su
bondad y es que nos hace sentir de que debe haber otra forma de vivir y, si lo
permitimos, despertar desde nuestro interior el sentimiento de amor,
sentimiento que siempre ha estado allí. Y como en la película, solo basta un recuerdo
de amor, para que el amor se manifieste. Hoy desde una nueva percepción puedo
afirmar... Soy Amor, porque soy hijo del
Amor. De tal palo, tal astilla…. Decía
el abuelo.
Oscar
Marino Cruz García
Coach
Espiritual