Cuando manifestaba mis deseos el abuelo
los complementaba con… Si Dios quiere.
¿Qué significa si Dios quiere? ¿Será que Dios podrá estar en contra de mis
deseos? Muchas preguntas rondaban por mi mente. La Vida se encarga de
enseñarnos a través de nuestros propios errores, y es paradójico, porque nos
permite “decidir” para que podamos darnos cuenta de nuestras equivocaciones.
Este mundo creado por la mente humana y
sobre el cual creemos tener dominio nos presenta una serie de opciones, muy
tentadoras, que nos alejan del mundo Real. Hoy siento que el abuelo con su
refrán pretendía hacerme caer en la cuenta que existe un mundo Real, más allá del que me he inventado, y que la Voluntad de Dios se manifiesta, aquí, si
permito que me guíe.
Uno de los errores que hoy percibo es que
me hago caso a mí mismo y tomo decisiones basadas en mis percepciones de un
mundo creado por mi imaginación... mi sufrimiento se perpetúa. Si Dios quiere, se refiere al
Conocimiento, la Verdad, el Amor. Cuando tomo decisiones guiado por Dios estoy
actuando desde el Conocimiento y desde esta perspectiva solo podré tomar
decisiones acertadas para mí y para los demás.
Un
Curso de Milagros dice: “Del conocimiento
y de la percepción surgen dos sistemas de pensamiento distintos que se oponen
entre sí en todo. En el ámbito del conocimiento no existe ningún pensamiento
aparte de Dios porque Dios y Su Creación comparten una sola Voluntad. El mundo de
la percepción, por otra parte, se basa en la creencia en opuestos, en
voluntades separadas y en el perpetuo conflicto que existe entre ellas, y entre
ellas y Dios.”